jueves, 3 de febrero de 2011

And I got myself undressed

Una se levanta pronto para llevar a cabo sus quéhaceres. Otra remolonea un poquito más entre las sábanas y hace como si el despertador no estuviese sonando, como si el día no hubiera empezado hace ya rato. Trata de escapar a la idea de sacar las piernas y brazos del edredón que le cubre todo el cuerpo, su cuerpo hecho un ovillo y aún con sueño, mucho sueño..

La radio está puesta en la cocina y habla una ministra, de esas que no tienen ni idea de lo que dicen y cuya voz no suena bonita. De esas que sólo hablan mentiras. Y el señor que toma su desayuno mientras la escucha no puede hacer más que repetir los numerosos embustes que la tipa en cuestión suelta por la boca, esa boca cuentista y calumniadora que pretende hacernos tragar sus engaños con la tostada. Déje en paz a ése señor que lo único que hace es disfrutar de su pan con mermelada, y déjenos tranquilos a todos que bastante tenemos ya con lo que hay y con lo que nos espera.

Como la radio no hace más que poner de mala leche al café y de mal humor a los que la escuchan en ése momento, la que se encontraba sepultada bajo la colcha decide saludar al mundo un día más y opta por sumergirse en la ducha, de tal manera que a poquitos pasos se encamina al cuarto de baño y a viva voz se pone a cantar.

A veces, y casi la mayor parte de ellas, la música es el mejor remedio.

A mí se me ha quedado pegada ésta canción, más que conocida por todos y de las que no hacen pensar mucho, si no que acompañan alegremente. La llevo tan tan metida en la cabeza que creo firmemente que hasta que no hable de ella no se va a marchar de donde está.

Asi que os la dejo, para que la disfrutéis y cuando tengáis que escuchar cosas que no os apetezcan... Desconectéis como podáis.

Besos de jueves!

http://www.youtube.com/watch?v=Yao8JWTWwg8

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