jueves, 31 de julio de 2014

Boom clap



Hay dolores que te parten en dos. Que te hacen llorar tan fuerte que sientes que tu cráneo va a explotar. Que te rompen el corazón y te hacen saber que nada llegará a consolarte. Nadie conseguirá quitarte la tristeza de la cabeza. Y es que hay palabras juntas como embolia pulmonar que duelen más que una puñalada en el costado. La misma que te pegarías para aplacar la pena. Y cualquier canción es motivo de llanto, y cualquier película te da razones para deprimirte. Y envidias a aquellos que son ajenos a tu desgracia, y no entiendes porque esto te pasa a ti y a ellos no.

Por desgracia, como dicen en Bajo la misma estrella (libro y película que recomiendo) no vivimos en un mundo en el que se cumplan los deseos. 

Cada uno tiene sus formas de llevarlo. Yo os doy un consejo para estas situaciones que todos vivimos en algún momento: una ducha calentita antes de dormir, música tranquila y apagarlo todo. Hasta el cerebro. Y dejar que pase, aunque nunca termine de pasar del todo, pero que se aleje. Y decirlo en voz alta, que oír los problemas siempre ayuda. 

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