domingo, 4 de enero de 2015

Con C de Chloé




Que nada te pare. Aunque tengas que asumir que dejarás este mundo. Aunque ese momento de abandonar esté más cerca de lo que imaginas o quieres. Deja una huella imborrable. Que los ojos de las personas que te recuerden se empañen y se llene de orgullo su corazón por lo que fuiste para ellos.

Re-invéntate cada día y no tengas miedo de equivocarte, es una frase machacadísima pero quien no arriesga, no gana. Seguro que ya lo sabes. Arrepiéntete de lo que no hagas y no olvides que recordar a alguien que ya no está es mantenerlo con vida. No hagas caso a la gente amargada, no sufras si te sientes humillado.

Sigue adelante y cuida todos los días tu sonrisa. No dejes pasar un sólo lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado o domingo sin enseñarla. Y haz lo que más te guste. Lo que más te llene. Grita, escápate, llénate los bolsillos de caramelos y de cosas nuevas por contar. Deja a un lado el telefonito y haz más uso del contacto humano, cara a cara, beso a beso, risa a risa. Confía en los demás y de vez en cuando, desaparece y mímate, piensa sólo en ti por un día. Que tus regalos sean hechos por ti en la medida de lo posible.

Que el simple hecho de tener voz y poder hablar te haga valorar lo que tienes y te sientas afortunado.

Con este pequeño prólogo, me lanzo a la aventura. Empiezo mi libro, Con C de Chloé.
Deseadme suerte!

A.

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