El sabor de una buena hamburguesa siempre aporta un poquito más de felicidad. Como si de repente ZAS! se respirase cierta magia en el ambiente y notases que la vida es más fácil. Una buena hamburguesa es un instante, un nanosegundo en el que miras a las personas que comparten mesa contigo simplemente para denotar su consentimiento. Es maravilloso. A mí que no me engañen, hasta los vegetarianos lo saben. Anoche toqué un poquito el cielo saboreando una de las hamburguesas que me ofrecía la carta de
New York Burguer Madrid (Calle General Yagüe, 5).
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Decoración y buen gusto en NY Burguer |
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La mesa está lista! |
No podéis perderos este sitio si lo que os pide el cuerpo es sabor y buena música. Las patatas, inmejorables.
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