O como cuando se abre una botella de champán.. POP! y toda la gente que esperaba el momento tapándose los oídos e incluso cobijándose, se siente liberada y aplaude o ríe. Chin chin...
O quizá como cuando decides celebrar que eres feliz, que en un año han pasado tantas cosas que para recordarlas todas harían falta unos cuantos años más. Un, dos, tres.. Y vuelta a empezar.
Anoche soñé que paseábamos de nuevo por aquella ciudad, sigo percibiendo el olor de sus calles. En el fondo esas calles nos tienen envidia, por lo que un día vivimos y porque hoy formamos parte de ellas. Nos envidian porque el agua que besan cuando llueve nunca les convertirá en lo que nosotros hemos sido.
Y también por lo que seremos.
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