Hace unos pocos días salí a pasear, y es digno de remarcar pues no fue a matacaballo, como llevo haciendo las últimas semanas. Salí a pasear, a ver una exposición de la que me habían hablado muy bien y a disfrutar de Madrid.
El sol acompañaba pero se marchó pronto porque estamos en pleno invierno y me destemplé. Sin embargo, eso no importó, porque llevaba conmigo a quien me da calor y me hace reír aún cuando no hay motivos aparentes.
Aparentemente, estaba cansada, con frío y no me apetecía seguir caminando. En el fondo tenía hambre, ganas de estar un rato sentada y ningún sitio nos convencía lo suficiente a ninguno de los dos.
Finalmente, después de un par de in-decisiones, nos aventuramos a probar un perrito caliente casero y una empanada. Así de sencillo, y así de rico. Pasamos lo que quedaba de sábado antes de irnos a dormir en un sitio bien montado que
se llama San Wich, un pequeño local donde se le pueden dar mordiscos al cielo. Y una vez que has terminado, no sientes tener la tripa llena y te vas con el corazón contento.
Aqui tenéis su blog: http://www.san-wish.com/
Mucho ánimo para lo que queda de semana, y mil suertes!
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