miércoles, 4 de mayo de 2011

Anna Karina


Puede no ser tan conocida como icono del cine, pero Anna Karina, reina del cine francés de la Nouvelle Vague, fue considerada una de las mujeres más encantadoras del celuloïde.

En ella todo resaltaba. Sus ojos de gata también. Descrita como la morena equivalente a la rubia Brigitte Bardot, Anna Karina será siempre la musa del director Jean-Luc Godard. Combinación de ingenua inocencia y sofisticación, la inmortalización de su gran flequillo se convirtió en un hecho real.

La primera película de Godard, Al final de la escapada, le permitiría desempeñar un personaje importante pero ella lo rechazó por contener escenas de desnudo. En la segunda producción del director sí que actuó. Lleva por título El soldadito. El siguiente filme, Una mujer es una mujer, le valió el premio a la mejor actriz en el festival de Berlin y se casó con Godard.  

Anna Karina también destacó como cantante. Probó en el mundo de la música y temas como Sous le soleil exactement forman parte de su disco titulado Anna y que fue producido por Serge Gainsbourg. No contenta con actuar y además cantar, Anna ha publicado tres novelas a lo largo de su vida. Viene a ser una de esas figuras polivalentes y llenas de talento para todo cuanto se propone. Una pasada.

"Sólo necesito una pistola y una chica" decía Godard. Yo me quedo con la chica. Y vosotros?


Ya estamos en mitad de semana, ánimo!

1 comentario:

Museo de la Luna dijo...

Como buena nativa del signo de Libra, la apariencia de Anna Karina era bellísima en su juventud. Aunque procuraba no sonreír mucho, porque de fumar tenía los dientes amarillos... Algo similar a lo que le ocurría a Frida Kahlo, que nunca sonreía abiertamente en las fotos por la misma razón. Frida en realidad no los tenía amarillos, sino negruzcos. A nivel de apariencia física, Karina no ha tenido una buena vejez, su vida ha sido como aquella novela de Oscar Wilde, el Retrato de Dorian Gray. De pronto asomó a su rostro la realidad del tiempo y la belleza desapareció de manera dramática... Ojalá no suceda lo mismo con este blog y su preciosa autora, porque dando el gusto que da entrar aquí, uno desea poder hacerlo por mucho, mucho tiempo con la misma sensación de luminosidad, sencillez y hermosura. Tu forma de expresarte es encantadora, gusta mucho leerte. Gracias por compartir.