jueves, 19 de febrero de 2015

Arrugas





Si te paras a pensar en algún momento del día, entre las carreras por llegar a tiempo y los segundos que vuelan descuidando los detalles, la vida tiene una curiosa manera de hacerte entender ciertas cosas. Otra vez se te ha olvidado leer entre líneas, y ahí te sorprendes a ti mismo buscando respuestas. 

Cada persona es un mundo que en su propio mundo, aún más pequeño si cabe, interpreta y escribe a su manera. No sabemos bien como actuar en este descomunal escenario, vamos improvisando sobre la marcha desconociendo si nos dará para un buen guión. Y nos chocamos. 

De vez en cuando sienta bien detener el tiempo, sentarse y analizar la situación. Puede que rompas a llorar. Puede que sientas que te estás ahogando. Puede que estalles en una carcajada o que te canses de quedarte pensando. 

Vivir el día a día es la clave, pero pasada una temporada necesitamos echar la vista atrás, aunque sólo sea por admirar lo recorrido, aunque necesitemos comparar nuestras circunstancias pasadas con las que creemos que serán las futuras. Y lo hacemos de manera inconsciente. Y vamos a ciegas. Como un funambulista sobre la cuerda, con los ojos vendados.

Hay días en los que necesito entender el sentido de la vida. Que siento que algo indescriptible y más grande que yo está en alguna parte ejerciendo su fuerza, magia o brujería, para que las situaciones se den de un modo u otro. Y hay días en los que paso de todo esto, porque mi cabeza me dice "no insistas" o porque bastantes arrugas tiene ya mi corazón. 

Arrugas de sonreír y de acelerarse. Arrugas de pinchar un poquito y hacer que piquen los ojos y se empañen. Pase lo que pase, es inevitable que algunos sucesos te cambien.

Y eso, en algún momento, terminará por gustarte. 

* (pide un deseo) 

A. 

No hay comentarios: